¡Hola chavales! ¿Qué tal? Soy yo, Súper Gavi, reportándome después de un tiempo desaparecido.
Es que el ordenador está muy cotizado, la humana no lo suelta.¿Ya os había dicho que hemos pasado la barrera del año? Si, se que si, pero es que me tiene emocionado, oficialmente ya somos mayores. Aunque claro, la humana sigue con lo de “mis bebés, mis cachorros”… se pone de un ñoño.
Nos está molando esta época, porque han decidido llevarnos a un parque más grande. Dicen que el otro ya se nos quedó pequeño. Yo creo que en realidad es porque nos llevamos todas las pelotas del lugar . Oye, que luego las devolvemos, pero claro… En el momento de la acción la humana se transforma en dragón medieval echando fuego: “¡ladronzuelos! ¡quinquis! ¡macarras!”
Y hablando de macarras, os cuento la última de Electro Pedri. Resulta que la rubia (sí, esa humana que siempre nos tira las pelotas lejísimos) estaba cogiendo carrerilla para un lanzamiento épico. Pedri, que es un tramposo, salió disparado antes de tiempo. Pero claro, iba mirando a la humana y no al frente… ¡y zas! ¡Directo contra un árbol! Voló, vio estrellas, unicornios, planetas y todo el catálogo de dibujos animados.
Yo me quedé congelado, ni pelota ni nada. La humana casi infarta, lo zarandeaba, lo acariciaba… parecía una peli dramática. Al final sobrevivió, pero con un ojo como una berenjena .
Veterinario, gotas, cremita… y encima Pedri ahora duerme con la humana. ¡Con lo que yo me curro ser su favorito y viene este despistado y gana puntos a base de choques frontales!
En fin, conclusión: no hace falta que yo lo elimine como rival. Es tan torpe que se va a desgraciar solito.
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