Perderse


  Perderse...


Maldecir el peso de la mochila y quejarte porque siempre metes demasiadas cosas que luego no necesitas, pero ¿cómo me iba a ir a hacer fotos sin flash, pilas, filtros mil, disparadores, 2 navajas, una brújula, un buen arsenal de tiritas, cargadores, baterías y demás parafernalia?


Protestar en las grandes cuestas y a la vez sentirte libre, feliz y emocionada por las preciosas fotos que van llenando tu tarjeta.


Esperar los atardeceres, observar el cambio de las nubes, ver como el cielo cambia de color... La magia de la naturaleza.




        Olvidarte del cansancio, del frío, del dolor de pies...





 Y si tienes suerte acabar el día viendo anochecer en alguna playa preciosa, de esas de las que tanto abundan en Asturias.




  Mientras me recupero solo me queda soñar con próximos domingos llenos de excursiones, fotos y discos duros llenos a reventar.

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