La migraña no es “solo un dolor de cabeza”. Es una enfermedad neurológica que puede ser completamente incapacitante. Yo lo sé bien: hubo un tiempo en el que la sufría hasta tres veces por semana. El dolor era tan intenso que no podía abrir los ojos, hablar, leer ni soportar la luz. La única opción era meterme en la cama, a oscuras, y esperar a que pasara.
Hoy, con tratamiento y mucho cuidado, tengo menos crisis, pero cada una sigue siendo un recordatorio de lo que significa vivir con esta enfermedad. Hay detonantes que me limitan —como viajes largos o una simple cerveza— y aunque ahora las tengo más controladas, la migraña sigue marcando mis decisiones.
👉 Por eso, en un día como hoy, quiero poner voz a quienes aún conviven con este dolor constante. La migraña merece respeto, comprensión e investigación. No minimicemos algo que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Si conoces a alguien que la sufre: ten paciencia, respeta sus tiempos, entiende que no es una excusa. Y si eres tú quien convive con ella: no estás solo/a. 💜
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