
Y lo celebro como mejor sé: cámara en mano, haciendo fotos a 100 Lenenses.
Estoy en una etapa preciosa. Llena de aprendizaje, de movimiento, de incertidumbre… y de ganas.
Porque, seamos sinceros: jamás pensé que a los 45 estaría peleando cada día con algoritmos, métricas, campañas, clientes y estrategias de marketing digital que cambian más rápido que mis ganas de tomar café por la mañana 



Todas las mañanas me despierto con una avalancha de “Ángela, hay que hacer esto”, “Mira lo que ha hecho esta cuenta”, “¿Podemos crear esto otro?”...
Y aunque hay días que me desespero y me dan ganas de rendirme, me sacudo el polvo, me pongo los guantes (literal o figuradamente) y me lanzo otra vez al ring.
Busco, pruebo, fallo, vuelvo a intentar... y poco a poco las cosas salen.
Y lo mejor de todo es que, sin darme cuenta, estoy creciendo.
Cada día me enseña algo. Cada reto me da una pista más.
Y, lo juro, hay días en los que no me creo que la vida me haya regalado esta oportunidad.
Gracias a los que estáis, a los que confiáis, a los que empujáis y también a los que dudáis, porque me hacéis más fuerte.
Porque lo que viene… es aún mejor.
Porque esto, ahora sí, va cien por cien.
Gracias a @martinpugil por la imagen, lo mejor de esto es que mis clientes me enseñan cosas todos los días, porque a todos les apasiona contar historias tanto como a mi.
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