Autónomo descansa en agosto (aunque no esté cansado)

 🧘‍♀️ Autónomo descansa en agosto (aunque no esté cansado)

Llevo pocos meses como autónoma y, en general, estoy bastante contenta. Me organizo bien, controlo ingresos, gastos e impuestos con precisión quirúrgica, no me faltan clientes y, encima, me estoy divirtiendo. Vamos, que me siento como si estuviera ganando un videojuego en modo difícil.

Este año ni me planteé coger vacaciones. ¿Cómo le digo yo a mis clientes “me voy 10 días, no publicamos nada en redes”? ¡El algoritmo no entiende de chiringuitos! Esto es un trabajo de fondo, de constancia, de pico y pala digital. Y un parón… es como borrar con un clic todo lo currado.

Pero, amigos, está apareciendo en mi horizonte un fenómeno misterioso del que solo había oído hablar:

“Autónomo descansa en agosto”.

Pensé que era una leyenda urbana. Un mito. Como los unicornios, el ticket perfecto o Hacienda devolviendo rápido.

Y sin embargo, ya han empezado a caer como fichas de dominó:

—Bueno Ángela, en agosto descansamos.

—¿Descansar? ¿Yo? ¡Si tengo más hambre de trabajo que una leona a dieta!

—Ya, pero agosto es raruno… bajan las ventas… mejor bajamos el ritmo.

—Pero si la gente en agosto está pegada al móvil, suben las visitas, TikTok y YouTube se disparan…

—Nada, nada… descansamos y en septiembre retomamos con fuerza.

Y claro, ahí estoy yo… hablando con el algoritmo como si fuera mi Tamagotchi:

“No te apagues, por favor, ya volverán…”

Dentro de lo malo, al menos me avisaron. Puedo planificar, organizarme, llorar con antelación…

Lo que no sé es si son conscientes de que las facturas a mí en agosto no me dan vacaciones.

¿Será este el momento perfecto para ponerme con la operación bikini?

¿O para aprender a respirar con un ojo cerrado y otro pendiente de Instagram?

No lo sé. Pero si descanso, que conste en acta:

yo no estaba cansada.

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