Loca



Hay pocos insultos que me resulten más terribles que cuando se llama loca a una mujer. Es increíble en la cantidad de contextos que nos regalan este apelativo.

Somos locas, histéricas, obsesivas, depresivas, bipolares y un largo etcétera.

Hace muchos años cualquier mujer que se saliese de lo común estaba loca, si quería escribir estaba loca, si se quería divorciar estaba loca, si quería hacer algún deporte estaba loca, si quería disfrutar de su sexualidad, sí, estaba loca.

Y lo más triste es que hoy en día es un estigma con el que seguimos cargando.

Oigo frases a diario sobre “las putas mujeres” y sus locuras.

Nunca he sido feminista. Pero ahora siento que debo serlo, que tengo que defendernos con uñas y dientes, porque estoy harta de tanto desprecio y tanta afrenta.

Me gusta ser diferente, siempre lo he sido, y mi forma de pensar siempre ha suscitado comentarios, pero ya no voy a tolerar ni un solo desprecio más hacia mí, ni hacia las mías.

Tenemos derecho a hacer lo que nos de la gana, a ser lo que queramos y a vivir como nos nazca del corazón, por las que fueron, por las que somos y por las que serán.



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