Si amas algo mucho, muchísimo siempre terminas teniendo miedo. (Elisabet Benavent, en su libro Los abrazos largos).
¿Os pasa? El no querer más o no querer tanto porque os hace sentir vulnerables, porque no queréis sufrir.
En la soledad te proteges, porque tú nunca te traicionas, aunque a veces te quieras peor, siempre acabas abrazándote y cuidándote. Al final, sabes que esperar de ti misma.
A veces pienso que no debería ser así, que voy a cambiar... Me miento. No voy a cambiar, porque tanto abandono no se supera nunca y prefiero que mi corazón este casi congelado a que deje de latir por completo.
Y la verdad es que estoy muy bien como estoy, aquí no puede entrar nadie a molestar.
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