En un lugar de la costa cantábrica, hay un sitio mágico, atemporal. En ese lugar el mar y el cielo se fusionan.
El agua es limpia y muy brava, no hay arena, solo piedras de colores y formas curiosas.
Del agua salen enormes rocas, furiosas, guardianas de la playa.
La playa del silencio la llaman, pero no es silencio lo que encuentras, se oye el rugir del agua contra las rocas, sonido que te asusta , que te hipnotiza.
La sensación al pasear por esta playa es indescriptible, es como salir de este mundo de locos y estar en otro lugar, en otra dimensión.
Tenéis que ir y verlo con vuestros ojos.
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