A veces solo necesito el mar.


A veces solo necesito sentir el viento fresco en la cara, mis pies hundiéndose en la arena y los últimos rayos de sol calentándome la espalda... No escuchar más sonido que el rugido del mar, su llamada... Y ver cómo la naturaleza despliega con esplendor su paleta de colores. A veces solo necesito el mar.






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