Escucho tus silencios y los cuido. Paula Marin Psicóloga.




Te agarraré, por donde no duela. Ya, ya sé que duele casi todo, que llevas en la maleta el sufrimiento de quién creyó que algo sería eterno y se rompió a los dos días... ya sé que querías que no fuera así pero fue, y que a veces fantaseas con la idea de que pudiera ser lo que no será. Ya lo sé.

Y por eso no vamos a llevar maletas, sino una mochila. De esas en la que caben pocas cosas y no tienes que andar muy pendiente de ellas. Una mochila pequeña, para unas bragas y una camiseta, para cuando nos manchemos de vino brindando por lo que aún queda por caminar.
En la que quepa un costurero, para que podamos coser las heridas cuando se vayan abriendo, porque se abrirán y escocerán, y habrá que saber cuándo parar para una intervención de emergencia y tomarnos un vino.

Y vamos a reírnos juntas, y por supuesto a llorar, porque vamos a sacar pá fuera eso que aprieta tu garganta tan fuerte que impide que puedas decirme cómo te sientes ahora.
Pero no importa, porque te entiendo. Y aunque no hables, escucho tus silencios y los cuido.

Como necesitas ahora que te cuiden.

Y vamos a salir de esta, otra vez.  

Como salimos de todas.

Paula Marin Psicóloga


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