Te parece mentira que el papel sea tu cobijo, pero no imaginas mejor escondite para olvidar tu realidad y zambullirte en vidas ajenas, manejadas por otros, decididas de antemano. No obstante, el final te acecha, mientras avanzas hacia la contraportada. Ay, ese final. Se devora en minutos y da cierre a lo que has vivido durante varias semanas. ¿Es posible que haya vida más allá de esas páginas? Ojalá sí. Necesitas que sea así.
¿Sabes esa sensación? Quizás tú la has sentido también. Yo me enamoré de ella, hace años, y me decidí en silencio a dedicar mi vida, en lo posible, a ser capaz de originarla.
Porque esa sensación es lo más parecido a la magia que nunca he conocido.
¿De verdad aún nos conocéis a María?
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