Ayer estaba ojeando EL BLOG de mi prima y en su último post
propone un ejercicio que me gustó mucho.
Se trata de escribir como seria un día cualquiera en tu vida
ideal, describiendo con el mayor detalle posible lo que haces en cada momento.
Al final debes subrayar todas aquellas cosas que podrías
hacer cualquier día, y explicar porque no las haces.
Allá voy…
Suena la alarma de mi móvil, son las 8:00, sonrío, he
dormido toda la noche de un tirón, me desperezo y estiro los músculos de las
piernas, mi pie tropieza con Thor, me mira con sus ojitos marrones e
inmediatamente lo abrazo y le digo: ¡Buenos días patito!
Me levanto, aunque hace calor me envuelvo en mi bata de
Primark 2 tallas más grande y me pongo mis zapatillas de Harry Potter, hay que
ser friki desde bien temprano, paso por el baño y voy a prepararme el desayuno,
es mi comida preferida del día, la que más disfruto.
Pongo la cafetera y una
rebanada de pan en la tostadora, mientras se va haciendo, voy subiendo todas
las persianas de la casa y abriendo las ventanas, menos mal que no hace mucho
calor, hay nubes en el cielo, el día esta justo como me gusta para pasear.
Entro en la habitación de mi hija Eva, el escritorio más o
menos ordenado, la cama esta hecha y la persiana subida, ¡vamos progresando!
Aunque el pijama esta hecho una bola encima de la silla y no hay rastro de las
zapatillas… aunque no tengo claro quien es el responsable, si Thor o la enana…
Me encanta sentir el aire fresco que entra por la ventana,
la tostadora pita, llega el mejor momento del día. Me siento frente al
ordenador con mi café de tamaño industrial y mi tostada a secas. Entro en Facebook,
en el banco, compruebo el correo, mi web y mis otras redes sociales… Actualizo
mis cuentas de Instagram, enredándome con hashtag imposibles y ya casi ha
pasado una hora.
Me levanto del ordenador con gran pesar, como cada día, y me
pongo a fregar los cacharros del desayuno y hacer las camas.
Me visto con un pantalón corto, una camiseta de propaganda y
llamo a Thor ¡hora del paseo! Este viene sin mucha prisa, pero con lo que a mí
me parece una sonrisa de las suyas, le suele dar pereza salir por las mañanas,
aunque la vejiga presione.
El paseo es agradable, nos solemos encontrar a las mismas
personas cada día.
Siempre voy con el móvil preparado por si aparece algún momento
que captar y siempre suelo encontrar alguno, hoy ha sido a Thor haciendo la croqueta
en la hierba seca. También me ha llamado la atención un señor con una gorrita
roja y el cartel de ¡Bienvenido a Asturias! Al que le abordaba un panel con un
mensaje extraño por detrás…
Siempre me digo al salir de casa que el paseo de hoy va a
ser corto, pero luego veo a Thor tan contento, que me da pena y acabo caminando
más de lo que debería... el cuello suele darme guerra cuando me excedo.
Volvemos a casa, son las 10:30 y empieza a apretar el calor,
no me gusta este bochorno… Preparo a Thor su comida, pongo la lavadora, soy una
obsesiva de lavar ropa y del olor de las cosas, bajo todas las persianas para
que el sol no nos achicharre en casa y me meto en la ducha.
Para mi la ducha es todo un ritual, cuando el agua caliente
empieza a caer sombre mi cabeza, siento que no solo me limpia del polvo y el
sudor, si no de los malos deseos de la gente, de las malas palabras y de las
malas miradas... y canturreo un obsesivo “lo bueno dentro, lo malo fuera”, puede
que este un poco “chiribita”.
Dejo el pelo secar al aire y me salto todos los
rituales de belleza que debería hacer, soy una vaga, así que con un poco de
contorno de ojos y vaselina en los labios voy que chuto… Me vuelvo a poner el
pijama…
Debería pasar la aspiradora… pero ¿a quién maté yo? Cojo la
escoba y barro toda la casa, es increíble la cantidad de pelo que suelta Thor… después
agua caliente, un chorro de lejía (otro de mis vicios) y paso con la fregona
todo el suelo, quedando estratégicamente otra vez a salvo en la isla paradisíaca que es mi escritorio, con el segundo café entre mis manos, volvemos al paraíso.
Ya son las 11:30, las mañanas suelen pasarme volando, por
suerte hoy no tengo que ir a comprar, porque Gonza se ocupó de eso el sábado y
tengo la compra hecha para casi toda la semana.
Entro en mi lista de lectura de Blogger y empiezo a ver las
nuevas entradas en los blogs que sigo. Después paso por El Comercio, y ojeo las
noticias.
Acabo el café y el suelo va secando, aprovecho y tiendo la
ropa.
Cambió el escritorio y el ordenador por el sofá y la Tablet y
continuo el libro que estaba leyendo, “Besos de domingo”, me esta gustando
mucho, en realidad hay pocos libros que no me gusten… ¿Eso es bueno? Igual es
que no tengo ningún sentido critico o me estoy haciendo una “happyflower”.
Leo hasta las 13:00, últimamente siempre tengo un cuaderno conmigo
donde voy apuntando las cosas que me gustan, disgustan o emocionan del libro en
cuestión, a ver si mejoro un poco las reseñas, que me estas saliendo muy “chuchurridas”.
Vuelvo a vestirme y le doy otro paseo a Thor, este más
breve, hace un calor infernal, así que en 20 minutos estamos en casa.
Hoy voy a hacer ensalada para comer, odio cocinar, así que pongo
2 huevos a cocer, yo paso de huevo últimamente me dan repelús, al igual que un
ciento de alimentos más que antes me gustaban… Voy a acabar alimentándome de
pan y agua.
Lavo la lechuga, pongo la mesa y lo dejo todo preparado para
poner la comida para las 14:30 que es cuando llegan mis soles, mientras espero
le doy un poco al Instagram en modo frenético, regalo corazones y corazones.
Son las 14:15 y con mucha desgana, porque ODIO cocinar,
preparo la ensalada.
A los pocos minutos Thor y yo sentimos la puerta del portal
y nos ponemos a menear el culo cada uno a su manera, ¿cómo les habrá ido el día
hoy? Los oigo parlotear mientras entran en casa y "patito" les lleva zapatillas y
cojines como regalos de bienvenida.
Se asean, se cambian de ropa y nos sentamos a la mesa los tres a
comer, los dos empiezan a hablar a la vez contándome todas las cosas que
vivieron en la mañana, interrumpiéndose el uno al otro y lanzándose miradas furibundas
entre ellos, porque ambos quieres ser protagonistas de la conversación.
Me gusta escuchar lo que me cuentan los dos, me gusta
nuestra rutina.
Acabamos de comer y me apresuro a fregar y recoger la
cocina, los malos tragos hay que pasarlos cuanto antes.
Ahora llega otro de mis momentos preferidos, la siesta.
Mientras Gonza se ducha yo leo un poco, no sin dejar de
regañar a Eva, que como buena adolescente esta con su música infernal y no me
deja concentrarme.
Cuando Gonza se acuesta conmigo pone el despertador para no
dormir más de 40 minutos, no quiere perder la tarde, yo por mi dormía 3 o 4
horas, creo que me estoy convirtiendo en un oso panda…
Me duermo profundamente y me entra una mala leche infernal
cuando suena el despertador, oigo a Eva teclear como una posesa, está
escribiendo un fanfic de Harry Potter en Wattpad, la verdad es que me preocupa
que le dedique tanto tiempo, sobre todo ahora al final de curso que tiene
tantos exámenes. Pero a veces lo ojeo sin que se entere y me tiene impresionada
lo bien que escribe y la imaginación que tiene, estoy tan orgullosa de ella…
Me levanto de la cama a regañadientes y refunfuñando, pero
el mal humor se va disipando, me preparo el tercer café del día y vuelvo a mi
escritorio, ojeo rápidamente el correo y el Insta y me voy vistiendo para salir
con Gonza y Thor.
Los paseos que hacemos los tres por la tarde me gustan
especialmente, aunque me hacen caminar en exceso… Llevamos una charla tranquila
y me cuenta con más detalle como fue su día. Andamos en torno a 2 horas y
volvemos a casa. La escena siempre es la misma, Eva con la bañera llena a
rebosar y cantando a voz en grito, yo me enfado y ella dice que acaba de entrar…
(así pago de agua).
Gonzalo llama a su madre, me gusta espiar sus conversaciones,
soy una cotilla…
Thor cena y se acuesta en la baldosa fría hasta que hagamos
la nuestra, a ver si hay suerte y cae algo.
Ahora me toca ceder mi paraíso a mi marido, y yo me conformo con
seguir regalando me gustas frenéticamente en Instagram.
Hacia las 20:30 empiezo a preparar la cena, hoy toca trucha,
me gusta porque se hace rápido y está rica, cuando lo tengo todo listo los
aviso para cenar y volvemos a sentarnos los tres en la mesa, en la cena la
conversación suele ser más tranquila y pausada que en la comida.
Vuelvo a fregar y a recoger la cocina, me lavo los dientes y
me siento un poco en el sofá, empiezo a sentirme un poco mal, es una sensación que
últimamente me acompaña al terminar el día. Pienso que ha pasado otro día y no
he hecho nada productivo… y me empiezo a angustiar.
En este momento cada uno está a sus cosas, Gonza en el
ordenador, la nena rematando las cosas de clase y yo normalmente leyendo.
Sobre las 22:30 Eva se va a dormir, no sin protestar un poco.
Gonza se va sobre las 23:30, madruga mucho, yo voy cuando él, pero acabo
teniendo que levantarme porque no puedo dormir y la cama me pone nerviosa.
Tomo mi cuarto café, esta vez descafeinado y con mucha
leche. Es la hora en la que escribo o por lo menos lo intento, hoy estoy muy
negada así que edito alguna foto, que siempre, siempre me relaja. Sigo sin
tener sueño y me pongo a leer, a las 2:00 decido tomar una pastilla porque me
empieza angustiar pasarme la noche en vela.
Cuando por fin el sueño empieza a endulzarme, imagino cómo me gustaría que fuera mi vida… Y por primera vez desde hace mucho
tiempo me doy cuenta de que soy feliz, de que me gusta mi vida y de lo poco que
he apreciado hasta ahora los pequeños momentos que me hacen sonreír cada día.
He escrito mi día tal cual ha sido. No he imaginado mi vida
ideal, porque no me hace falta, aunque a veces no me de cuenta, ya tengo una vida
ideal, porque estoy con las personas que más quiero y más me quieren.
Es cierto que podría tener más salud, más talento o una casa en el campo… Pero con lo que tengo a día de hoy soy muy feliz, gracias Laura por haberme
hecho darme cuenta.
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