Y de pronto un día, te llega un correo
electrónico especial entre las decenas que entran en mí bandeja de entrada, tengo
el Diógenes de las suscripciones … Pero a lo que íbamos… Me llegó ¡EL CORREO!
Una
agencia de marketing se dirigía a mi para que promocionara los productos de una
tienda, en este caso de animales ¿yo? Es decir ¿mi perro? Tenía que ser una
broma, una estafa o algo así… Seguro que me mandaban un paquete bomba. Con los millones
de cuentas que hay en Instagram ¿Cómo se iban a fijar en mí? Esas cosas no me
pasan… La chica incluso me llamó por teléfono y me explico todo despacito para
que lo entendiera bien, y a me dio un ataque de verborrea, la pobre debió pensar
que era un poco a las tres menos cuarto…vamos que me faltaba una garcilla para
estar completa.
Busqué
información sobre la agencia, la tienda, la chica que me llamó, en plan
investigación criminal de peli americana. Todos eran humanos, ni un solo
extraterrestre parecía estar “metido en el ajo”.
Solo tenía que hacer una foto a Thor con
los productos que me iban a enviar y subirla a Instagram. No podía ser… Espere
el paquete con mucho nerviosismo segura de que el repartidor me iba a pedir 200
euros de gastos de envío, después me mataría en la puerta de casa con una
pistola de 35mm con silenciador. Para mi
sorpresa no fue así, todo era gratuito y lo único que querían de mi era lo que
me dijeron. En fin, Dios es bueno y mi autoestima subió un montón que falta me
hacía.
A las pocas semanas otra agencia se puso
en contacto conmigo ofreciéndome más o menos lo mismo, a estos les conteste fingiendo
profesionalidad como si anduviera yo en estos menesteres a diario… Si me vieran
dando saltitos mientras contestaba el correo… ainss.
Aquí la cosa se complicaba un poco,
porque no solo querían la foto de Thor con el producto, sino que también tenía
que salir yo. ¿Yo? No, yo no… ¡Qué vergüenza! Una cosa es hacerme una foto
haciendo el chorra y subirla a Instagram, y otra que alguien quiera expresamente
que salga en la foto con mi cara de pepino, me costo Dios y ayuda decidirme pero al final hice la foto. Juro por Snoopy que ni siquiera la edite con Photoshop.
Ya me estaba poniendo yo “más alta que
ancha”, (se que los refranes no son lo mío, no me lo tengáis en cuenta) cuando
a través de Instagram me llegó un mensaje privado de otra nueva agencia. ¡Hola Ángela! ¿Te apetece que te invitemos a
una cena para dos en un restaurante que se acaba de inaugurar? ¡Anda ya!
Esto si que tiene que ser una coña… Estos son unos capos de la droga y al
llegar a la dirección que me escriben, dos gorilas me descuartizan y venden mis
órganos, pues menuda birria se va a llevar, ¡qué se fastidien!
Esta vez para ser sincera si estuve a punto de
rajarme… Pero al final haciendo un sacrificio por mis miles de fans, arriesgue
mi vida en la peligrosa misión.
El
restaurante ¡una pasada! Tenían la reserva hecha por la agencia y nos
recibieron si ninguna violencia. No paraban de ofrecernos cosas y de traer
platos, a mi me entraba una risa tonta y no paraba de buscar donde estaba la
cámara oculta, no fui capaz de dar con ella, entonces aumento mi preocupación... llegue a la conclusión de que me la iban a meter por la nariz cuando nos
trajeran la cuenta. Pero me volví a equivocar, a media voz le dije a un
camarero: - ya acabamos…- ¿qué tal todo? – Bien, majete muy bien. Y nos acompañó muy cariñoso hasta la
puerta, que chicos y chicas más majos, guapos y profesionales. Cuando crucé la
puerta de salida empecé a portarme como “una cabra loca” y a decirle a mi
consorte ¿viste, viste, viste? ¡No pagamos!
Pues nada aquí os dejo mis andanzas como
influenciadora, que no voy a decir INFLUENCER para que no penséis que me lo
tengo creído.
Que conste que cada una de las fotos que hice para las distintas agencias me costo un gran trabajo mental, físico y espiritual.
Ya veis que no todo es malo y a veces la
vida te regala cosas, ¡nunca mejor dicho! Jijiji
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¡¡Me alegro!! pero no te han regalado nada, no se te olvide que haces una fotos maravillosas y que trabajas un montón en las redes sociales y que tienes muchos seguidores y para ellos ¡¡eres un filón!! Ojalá te conviertas en la nueva Isasaweis asturiana, aunque esta vez de la Pola.
ResponderEliminarGracias Guenda, es un poco de cachondeo, pero bueno ya me puse en contacto con Apple, Nikon, Bmw y Thermomix por si las moscas jejeje
EliminarUn abrazo muy grande.