Otro año más que se va. Año
horrible…, un año para recordar, porque de lo malo es de lo que más se aprende.
Cuando parece que nada más puede pasar,
ocurren cosas que te convencen de que al
final no es imposible que me llegue a ver debajo de un puente algún día.
Ha sido un año en el que me he convencido que
el ser humano es miserable hasta la saciedad. No concibo cómo la gente se
levanta por la mañana se mira al espejo y decide que va a hacer daño a los
demás gratuitamente.
Empecé el 2016 con mucha ilusión, como
siempre, soy una soñadora…, siempre tengo grandes planes y muchos proyectos y
creo que el año que empieza va a ser mi año, que todo va a cambiar, que ya toca que la cosa mejore ¿Por qué no a mi esta vez?
Ha sido una año de grandes dificultades
económicas, en el que queda claro que da igual lo que te esfuerces, con la
ilusión que hagas las cosas, porque siempre habrá alguien más joven, más
guapo, más simpático y con más enchufe que tú, y llamas a centenares de puertas
y escribes decenas de emails y siempre es no, no, no y no.
Hace unos 2 meses que no toco las cámaras, no recuerdo haber estado tanto tiempo sin tener una en las manos. Y me quedan unos cuantos meses más sin poder hacer fotos por lo menos con la grande. No poder hacer lo que más te gusta en el mundo te deja sin rumbo...
Este año me he enfrentado dos
veces al quirófano, la primera por una apendicitis, en la que todo salió bastante
bien, pase una primera semana dura, pero me recupere rápido y sin problemas. Y
la segunda hace poco más de 1 mes, en la que me hicieron una artrodesis en el cuello.
Llevaba desde el 2008 con dolor de cuello, de cabeza, espalda y brazo derecho.
Un dolor que me consumió, me limito y me quitó la alegría. Aun así seguí
trabajando y peleando como siempre, hasta que llegó un momento que no lo podía soportar
más y se decidió que la mejor opción era intervenir quirúrgicamente, una
operación complicada, pero tampoco podía seguir así, si tome la decisión
correcta o no el tiempo lo dirá.
Hace 2 años un inspector médico, me dijo despues de 4 meses de baja laboral que mi cuello estaba perfectamente, que no tenía absolutamente nada y que a trabajar, (tengo 3 hernias en el cuello), ese día fue unos de los más humillantes de mi vida. El trato que me dio ese hombre que no me conocía de nada... se dirigió a mí como si fuera una vaga cuentista que quería dedicar el tiempo a poner la barriga al sol, su falta de humanidad me dejó impactada, la cara de desprecio con la que me miraba... Pensar en tener que volver a pasar por eso me aterra.
Al final solo pudieron operarme de una de las hernias, porque si tocaban las 3 me dejarían totalmente rígida. Todavía estoy muy dolorida y tomando muchos analgésicos así que es pronto para saber hasta qué punto la operación ha merecido la pena. Lo único que sé que ha mejorado a ciencia cierta es el brazo, he recuperado mucha fuerza.
Normalmente me crezco en las
dificultades, no sé si es la adrenalina, pero sale una faceta mía desconocida, me vuelvo bromista, extrovertida, valiente, gracias a eso la
estancia en el hospital fue bastante bien, en reanimación estuve contenta,
sobre todo de estar viva y poder mover brazos y piernas… y en los 4 días en el
hospital me sobrepuse al dolor e hice todo lo que me dijeron y más.
Entras a un quirófano desnuda,
sola, lleno de gente desconocida, sientes frío, te pinchan, te hacen daño y te
vas a entregar a un tipo al que con suerte has visto un par de veces, que ni siquiera sabe cómo te
llamas, tu historia, tu vida. No sabes si ese día habrá dormido bien, si habrá discutido
con su mujer, si está cansado o quemado con su vida o con su trabajo, si está
en esa sala por vocación, si confía en sí mismo… y tú te entregas a ciegas a él,
a ese cirujano de cuyo nombre no te olvidarás nunca, puede que para bien o para
mal.
Si hay algo que odio es
depender de los demás, desde bien pequeña he sabido que iba a tener que arreglármelas
yo sola. Y esa sensación con la que me quede de indefensión, de dependencia, me
está pasando factura.
También me encontré gente muy
buena, gente que sin apenas conocerte te aprieta la mano, te acaricia la frente
y te reconforta y vuelves a confiar un poco en la bondad del ser humano, a esa
gente, a esos ángeles que con un solo gesto te hacen sentir persona, gracias.
En estos meses me he encerrado en mi cascarón más que nunca, aquí dentro
estoy segura y nadie puede hacerme daño, estoy bien aquí dentro.
El 2017 me va a traer una
nueva operación, esta vez un ajustillo sin importancia, pero ya se sabe que no
hay 2 sin 3.
Espero que el año nuevo me dé fuerzas para seguir peleando y que
todo este año se quede en una anécdota, que vuelva a encontrarme a mí misma, mi
ilusión, que vuelva a soñar y que todo el mundo pueda
ser feliz, sin para eso socavar la autoestima del que está a su lado.
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Mucha suerte y felicidad en el próximo año, a mí me encantan tus fotos, por favor no dejes de mostrarlas a veces son una verdadera terapia para quien las hace y para quien las observa, mis mejores deseos y un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, todo pasara, un abrazo muy grande y feliz año.
EliminarEres fuerte y has de continuar!!que nadie te quite la ilusión.La vida da palos(demasiados a veces pero la fuerza con k los enfrentes hará que parezcan solo heridas leves así que"Nunca nunca digas no puedo o no sirvo"porque nadie puede saber de tú talento y capacidad como tú lo sabes .Solo los "idiotas"pueden permitirse cuestionar tú valia sigue adelante!!A mi me encanran tus fotos.Y que ninguna pequeña tormenra "te impida ver el sol.Muchos ánimos y con un par que tú puedes!!!
ResponderEliminarMuchas muchisimas gracias por los animos, te tomo la palabra ¡con un par!, un abrazo.
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