Después de unas semanas un poco tristonas sin saber muy bien por donde caminar, sin encontrar algo que me motivara, me surgió la oportunidad de volver a trabajar con Virginia. Buscábamos algo diferente a lo que las dos habíamos hecho hasta ahora y decidimos intentar algo más atrevido y probar con una "sesión boudoir". La verdad es que es un género que siempre me ha atraído, pero también me daba mucho miedo, porque hay una linea muy fina entre el buen gusto y la ordinariez.
Sinceramente creo que la cosa ha ido bien y me esta gustando mucho el resultado de las fotos, ha sido todo un reto en cuanto a iluminación y edición y estoy de lo más entretenida sacando procesados y ambientes.
Tengo que dar las gracias a mi amiga Zulima, por el maquillaje tan maravilloso que creo y por lo divertida que hizo la sesión, así da gusto trabajar.
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