Nos dejamos morir, con inteligencia.

 🦴 Hola, soy yo, Super Gavi.

Mi cara ya está mejor. Ya no tengo un palo saliéndome del moflete (lo cual siempre viene bien para ligar en el parque), y ya no me duele. La humana dice que ahora tengo "cicatrices de guerra" y que ya soy un tipo duro.
¿Perdona? ¡Siempre he sido duro! Lo que pasa es que lo disimulaba para no asustar a los demás. Educación, se llama.

La humana dice que Electro Pedri y yo “nos dejamos morir”. Que si el abuelo Thor no dejaba que ningún perro le dijera “mu” más alto de la cuenta… A ver, primero: ¿mu no lo dicen las vacas?, pregunto. Y segundo: si un perro se pone borde en el parque, nosotros nos tiramos boca arriba. ¿Es rendición? ¿Cobardía? ¡NO! Es filosofía canina avanzada.

Nosotros somos eruditos del comportamiento social perruno, hemos leído a Turid Rugaas y todo. El otro día nos atacó un perro con siete ojos, cuernos y tres filas de dientes (bueno, o eso parecía)… Y ahí estuvimos, sincronizados, panza arriba, patas al aire, como si estuviéramos en una playa nudista.
La humana, en cambio, entró en pánico, cogió al perro por el collar y lo lanzó como si fuera un frisbee… ¡y nosotros pensando: échate tú también patas arriba, humana! ¡Te va a maaaaatar!

Ahora dice que este verano, en Asturias, nos van a revolcar todo el rato porque “los perros asturianos son brutos”. Sin ánimo de ofender, eh. Pero vamos a ver… si alguien se pone chulo, nosotros desplegamos nuestras señales de calma, nuestra inteligencia emocional, nuestra paz interior.
No nos gustan las peleas de barrio. Nosotros necesitamos nuestra energía para salvar el mundo. 🐾🌍









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